jueves, 28 de enero de 2016

Caperucito Verde

Érase una vez un niño guapísimo a quien llamaban Caperucito Verde.
Tenía este nombre porque nació en la selva, y nada más nacer, su primera vestimenta fue una caperuza hecha con hojas de palmera y forrada con piel de gamusino.
Caperucito Verde tuvo una infancia muy alegre, jugaba con los monitos de la selva y trepaba a los árboles. Se lo pasaba realmente bien.
Un día su madre le pidió a Caperucito que llevara a su abuelo unos cuantos mangos y unos cocos porque el pobre anciano ya no podía recolectarlos a causa de su edad.
Caperucito obedeció a la primera y recolectó los cocos y los mangos, los llevó a casa y los puso en una cesta que él mismo había construido con hojas de palmera.
Antes de salir de casa su madre le advirtió:
- Caperucito, ten mucho cuidado. Ve por el camino del riachuelo que te llevará directo a casa del abuelo, no te entretengas con los monos porque se va a hacer de noche y los jaguares pueden hacerte mucho daño.
- Caperucito contestó- Sí mamá, no te preocupes, iré a casa del abuelo lo antes posible y vuelvo enseguida.
-Caperucito cogíó su capa verde y comenzó su camino. Hacía una tarde preciosa, las aves tropicales cantaban y revoloteaban por encima del riachuelo. Caperucito estaba contento y se entretenía pero pasaba el tiempo y se empezó a aburrir, escuchando el mismo riachuelo, siguiendo su curso y sin poder jugar porque como se metiera en el río y volviese a casa empapado mamá lo iba a regañar.
- Jo, no puedo hacer nada, esto es muy aburrido, aún falta mucho para llegar a casa del abuelo, ¿ Qué puedo hacer? - Un mono le contestó-
-Puedes ir de liana en liana , irás más rápido y además así puedes jugar con nosotros.
-Caperucito verde no vaciló y en un instante se subió a la liana más cercana.
Pasaron las horas y comenzó a anochecer, cuando Caperucito se dio cuenta, recordó lo que le había dicho su madre y fue corriendo a casa de su abuelo.
- ¡Oh no, se está haciendo muy de noche y aún no he llegado a casa de mi abuelo!-
Se bajó de las lianas y siguió el curso del río. Al cabo de un rato un jaguar que iba por ahí le preguntó:
-Caperucito Caperucito Verde, ¿Qué haces solito por la selva cuando es de noche?
-Voy a casa de mi abuelo a darle unos cocos y unos mangos- Contestó-.
-¡Anda!- dice el jaguar- Yo conozco un camino muy cortito que lleva hasta la casa de tu abuelo, mira, ¿Ves ese afluente? Ve por ahí y estarás en un periquete. Yo iré por el camino del río.
-Caperucito, asustado hizo caso al jaguar por miedo a contrariarle y cogió el camino del afluente que el malvado jaguar le había indicado.
-A lo mejor tiene razón y por aquí llego antes y así mi madre no se enfadará conmigo- pensó-.

El jaguar llegó a casa del abuelo y llamó a la puerta haciéndose pasar por Caperucito Verde, el abuelo le abrió y el jaguar se lo comió. Se puso el pijama del abuelo y se hizo pasar por él.
Cuando llegó Caperucito Verde llamó a la puerta:

-Abuelito ábreme que soy yo, Caperucito Verde.
-Pasa hijo, que está abierto.-
Caperucito entró y le dijo: - Abuelo, te traigo unos mangos y unos cocos.
-Gracias , déjalos en la cocina.
Caperucito dejó la fruta en la cocina y fue a la habitación. Vio a su abuelo muy raro y le dijo:
-Abuelito abuelito, qué ojos tan grandes tienes.
-Son para verte mejor.- Responde el jaguar-.
-Abuelito abuelito, qué bigotes tan largos tienes.
- Son para hacerte cosquillitas cuando te doy besos.
-Abuelito abuelito, qué colmillos tan afilados tienes.
-¡Son para comerte mejor!
El jaguar salió de la cama e intentó comerse de un bocado a Caperucito Verde pero Caperucito es tan ágil que consiguió salir corriendo de la casa y esconderse detrás de un matorral que había ahí.
El jaguar lo buscó por todas partes pero no encontró nada porque Caperucito estaba totalmente camuflado gracias a su caperuza verde hecha de palmeras que le dieron al nacer.
Pasó un tiempo y el jaguar se cansó de buscar a caperucito, fue al río y se dispuso a beber agua.
Caperucito aprovechó la ocasión y fue corriendo y empujó al jaguar al río, y como no sabía nadar, se ahogó. Caperucitó lo sacó del agua inconsciente, le abrió la tripa y sacó a su abuelo.
Los dos volvieron a casa sanos y salvos celebrando que volvían a estar juntos.
Caperucito pasó la noche en casa de su abuelo y cuando volvió a su casa al día siguiente fue corriendo a abrazar a su madre y le dijo:
¡Mamá! ¡Jamás volveré a desobedecerte! ¡Te quiero muchísimo y siento haberte dado este disgusto!
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Buenas tardes, esta entrada la he escrito dando una vuelta al cuento original. Espero que mi versión del cuento os guste , ¡un saludo!
Yael Olías Soler.


jueves, 21 de enero de 2016

Siempre te recordaré SNAPE.

Esta entrada va dedicada a un gran actor que ha encarnado el personaje del villano de la saga más divertida y mágica que existe para los niños: Alan Rickman, más conocido como Snape.
Murió en Londres el pasado 15 de enero a los 69 años por un cáncer.
Snape ha sacado de mí miedos, angustia, un poquito de odio y al final una sonrisa, lágrimas de emoción y tristeza por su pérdida.
No sólo me entristeció su muerte cuando leí Harry Potter sino que ahora he vivido también la muerte de quien lo interpretó.
Cuando leí Harry Potter por primera vez, no había visto las películas y me imaginaba al personaje muy muy parecido al actor que lo representa. Eso me gustó mucho porque siempre es agradable que las películas de cine sean fieles a los libros que lees.
Para quien no haya leído la saga de Harry Potter:
Te la recomiendo fervientemente, no te quedes sólo con lo que has visto en las películas porque te pierdes muchas aventuras y hechizos.
De esta novela es impresionante todo: la autora, los personajes, el argumento, la evolución de la historia...
Creo sinceramente que JK Rowling ha sacado con sus libros la magia que todo niño tiene en su interior.
Un saludo, Yael.

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